lunes, 24 de febrero de 2014

De como terminé de leer "Tokio Blues"


Lo terminé. Me costó más que la mierda pero lo logré. Este libro lo tenía ahí, a la espera de ser leído desde el año 2011 o 2012, no recuerdo bien, pero me lo trajo mi querido padre de un viaje que hizo a Argentina (allá los libros no tiene iva como acá, así que hay que aprovechar). Lo había empezado el 2012 y lo dejé de lado por una serie de eventos desafortunados, pero este verano me decidí a terminarlo a como diera lugar. Y lo hice. Y debo decir que no fue de mi total agrado. Sí, sé que este libro fue un best seller en Japón, que Murakami-san es un gran escritor y muy connotado tanto en su país como en el mundo, pero a ratos me costaba mucho leerlo y hasta me aburría, además me producía una sensación de angustia cada vez que lo leía. Era algo soportable, claro, sino no lo hubiese terminado. Quizás esa sensación era producto de los temas que toca el libro y que, en general, la forma de narrar los hechos era bien nostálgica. Habían muchas muertes, muchos sucesos que marcaron la vida de varios personajes de forma bastante negativa, Watanabe-san es bastante estoico ante la vida y su "pasividad" a veces me molestaba, su forma de "no-vivir" me era extraña y a ratos molesta, pero creo que, en el fondo, eso mismo era lo que buscaba el autor. Transmitir lo que era la vida para Watanabe-san. Quizás me estoy yendo en la mansa volá, pero creo que es un libro digno pegarse esa volá. De todos modos, debo decir que el final me gustó bastante. Daba lugar a imaginarse cómo seguiría la historia, ajustándose a como uno querría que las cosas evolucionaran. No voy a hacer muchos spoilers por si alguien lee esta entrada y tiene el interés de leer el libro o ya lo está haciendo. Bueno, en fin. A pesar de que me costó mucho leerlo, me aburría y me producía angustia a ratos, lo disfruté, pero no lo suficiente. Creo que terminé de leerlo más por la ansiedad de saber en qué terminaría que por cualquier otra razón. En fin. No creo que vuelva a leer a Murakami-san. No me gusta tanta nostalgia en los libros. Aunque bueno, si hablamos de la nostalgia de García Marquez (que a mi parecer se evidencia un poco en mi libro favorito de todos los tiempos: "Cien años de soledad"), ahí es otra cosa, porque él es un grande. Me disculparán los fans de Murakami-san, la crítica experta en novelas, pero creo que va a costar que le otra oportunidad a este autor. Tengo otro libro ahí esperando, no recuerdo el nombre y me da pereza pararme para ver cómo se llama, pero algo de un pájaro. Es muy largo y, si es verdad que los libros de Murakami-san son todos bastante parecidos, creo que pasaré.

Me gustó esto de escribir sobre lo que leo. Me parece un giro interesante en este blog, así que seguramente lo seguiré haciendo. 

PD: Igual me dispongo a ver la película ahora, quiero ver qué tal la actuación.

Cambio y fuera, kkkkkkjjjjjj.

domingo, 16 de febrero de 2014

Catorce de Febrero y otras cosas

No pienso en el catorce de febrero como una fecha importante y que deba celebrarse... es más, considero que es una fecha que se inventó para que la gente consuma más, pero con un pretexto bueno. De todos modos, para una persona como yo, es medio raro ver a tantas parejas por la calle. Primero porque parecen multiplicarse en estas fechas, segundo porque terminé hace poco y me he sentido bastante sola este último tiempo. Argh, si sé que es cuento repetido en este blog... pero ¿qué puedo hacer ante esas emociones? Me siento más sola que un dedo, y típico que una en esas situaciones una se pone a pensar que nunca va a encontrar a alguien, que todo será muy miserable, etc. y es bastante complicado sacar esos pensamientos de la cabeza cuando tienes una mamá que te pregunta bastante seguido: "¿Y cuando vas a tener un pololo?", "¿Y no tienes ningún pinche por ahí?", "¿No te gusta nadie?", "¿Por qué terminaste con x? Si era super tierno", etc. No puedo evitar, ante esos comentarios, pensar en que quizás debería volver con él, en que hay que conformarse, en que no puedo seguir estando sola, etc. Y en realidad me gusta estar sola en cierto sentido, porque tengo mucho tiempo para entrenar, para salir con mis amigos, para hacer nada, para estudiar cuando sea necesario, etc. Sin embargo existe una parte de mi que si quiere esas tonteras de las relaciones de pareja, que si quiere estar con alguien, que ya está aburrida de que las cosas no resulten. Ya llevo como tres o cuatro relaciones frustradas... y estar escribiendo sobre esto me hace sentir una amargada culiá. De todos modos quería plasmar lo frustrada que me siento y dejar constancia de lo mamona que estoy, de que quiero estar con alguien y que las cosas resulten, no seguir siendo la segunda opción, la "patas negras", o cualquier otra derivación, porque no me merezco eso. Ni yo ni nadie.